Translate

lunes, 27 de junio de 2011

elegir la educación cívica

El individuo educado es aquel que reconoce la legitimidad de toda ley que le impone un comportamiento admisible y aceptable por todos, es decir un comportamiento racional y razonable. Pero es también el individuo que captaría la ilegitimidad de toda ley que le impusiera no respetar a la persona de otro como a sí mismo, que le obligase por ejemplo a considerar tal o tal otra categoría de seres humanos como a simples cosas. 
Que el mundo está desordenado por la injusticia y la violencia, es una constatación inapelable de cualquier conciencia sana; y que por lo visto debemos ser nosotros los nacidos para remediarlo resulta una mala pasada del destino, como señaló oportunamente Hamlet. Ahora bien, la pregunta es: que podemos hacer? O, por plantearla de otro modo. ¿cómo ser eficazmente revolucionarios? La revolución entendida como guerra civil entre clases, como asalto al Palacio de Invierno, resulta poco tentadora en los países desarrollados pues crearía ciertamente nuevos males y no es seguro que resolviese ninguno de los antiguos. Nuestras democracias aspiran a transformar y mejorar sus instituciones, no a destruirlas. Hemos aprendido ya la lección de Albert Camus, cuando advirtió que en política son los medios los que justifican el fin. Pero esta lección de prudencia y de cordura no puede confundirse con un baño de resignación. Es preciso combatir lo que detestamos sin destruir indiscriminadamente lo que ya hemos conseguido desde hace por lo menos un para de siglos. Aunque no compartamos el simplismo brutal de quienes creen en basta con bombardear a los fanáticos ( y también, ay, a quienes inocentemente les rodean) para acabar con los temores que nos amenazan, es evidente que algo radical y profundo debe ser intentado para que los mejores logros civilizados no sean simples promesas o patrimonio exclusivo de algunas etiles. De modo que podemos compartir la desazón de Hamlet: ¿por dónde empezar la revolución difícil pero necesaria? Pues bien, yo elegiría comenzar por la educación.
Por supuesto, la educación a la que me refiero no consiste en la instrucción básica ni en la mera preparación para desempeñar tareas laborales en cualquier campo, por esencial que sea la adquisición de tales conocimientos y destrezas. Ni siquiera estoy pensando en la educación como proceso que nos familiariza con los más distinguidos hábitos culturales (historia, geografía, artes plásticas, literatura, idiomas extranjeros..) aunque sin su desarrollo sea imposible imaginar una verdadera formación humana plena. Cuando digo educación me refiero a educación cívica, es decir en la preparación que faculta para vivir políticamente con los demás en la ciudad democrática, participando en la gestión para distinguir entre lo justo y lo injusto. Si las pasiones gremiales no me ciegan, me creo autorizado a suponer que esta concepción de la educación tiene especialmente que ver con la filosofía, tanto por su reflexión sobre la práctica social y los valores que la orientan como por su preparación para la comunicación argumentada. 
El autentico problema de la democracia no consiste en el habitual enfrentamiento entre una mayoría silenciosa y una minoría reivindicativa o locuaz, sino en el predominio general de la marea de la ignorancia. ¿Qué otra cosa puede contribuir mejor a resolverlo que la educación cívica?
Una destacada teoría de la educación democrática, insiste en recordar el dictamen de Aristóteles en su tratado de política, cuando afirma que "nadie puede llegar a gobernar sin haber sido antes gobernado". Pues se trata de eso precisamente, es decir, aprender a obedecer a las leyes y las autoridades legítimas, asumir los valores compartidos, recibir lecciones prácticas de equidad, etc. es un requisito imprescindible para poder llegar en su día a gobernar con responsabilidad. El destino de gobernante, en los regímenes autocráticos o oligárquicos, corresponde a unos pocos y por tanto en tales sociedades sólo esos elegidos serán preparados para la dirección de la colectividad. Pero lo esencial de las democracias es que en ellas no hay especialistas en mandar y especialistas en obedecer, sino que todos los ciudadanos deben ejercer alternativamente ambos papeles. Por eso son ciudadanos porque participan en el gobierno y aprueban o revocan las leyes por las que rige la comunidad. 




" ser ciudadano pleno significa participar tanto en la definición de algunos de sus parámetros generales; significa tener conciencia de que se actúa en y para un mundo COMPARTIDO con otros y de que nuestras respectivas identidades individuales se relacionan y se crean mutuamente. "


Fernando Savater

miércoles, 22 de junio de 2011

¿Cuál es el secreto de esas personas capaces de esforzarse por alcanzar una posición social, laboral o académica brillante?





Con toda seguridad se trata de personas con una gran motivación por el logro; es decir, tienen la necesidad de alcanzar el éxito en una situación de competencia. Con frecuencia suelen elegir profesiones en las que se recompensa el logro individual; vendedor, abogado, arquitecto, etc.. 
En nuestra conducta hay motivos que, a diferencia del hambre y el sexo, al parecer no satisfacen una necesidad puramente fisiológica. Si pensamos en nosotros y en los que nos rodean, es evidente que hay gran diversidad de motivaciones que no tienen relación directa con las necesidades primarias. 
Podemos sentirnos motivados para saber algo más de nosotros mismos; por eso consultarnos este libro que tiene usted en sus manos; los millonarios pueden sentirse compulsivamente inclinados a engordar cada vez sus cuentas corrientes; a lo mejor estamos interesados en mejorar nuestro éxito social o bien queremos alcanzar la fama o el poder. Quizás uno de nuestros impulsos principales puede ser la búsqueda de sensaciones y emociones fuertes en una especie de puenting mental general y progresivo. O, por el contrario, puede que estemos fuertemente impulsados al sedentarismo o la intimidad. 
La adquisición de un motivo no tiene nada de misterioso y casi todos los expertos en psicología afirman que el proceso se ajusta a los principios generales del aprendizaje. Algunos deseos se adquieren en virtud del condicionamiento clásico y a partir de impulsos básicos; asociamos el comer a o otros estímulos vinculados con sensaciones gratas de impulsos básicos, asociamos el comer a otros estímulos vinculados con sensaciones gratas que se producen en ese momento, y, así, se convierten en motivación positiva, como aquel plato favorito que nos retrotrae a una infancia feliz y nos impulsa a repetirlo, etc. 

Pero también podemos condicionar nuestros intereses en función del aprendizaje instrumental. Así quizás, al principio uno ordena sus cosas porque recibe elogios o amenazas. Después de practicarlo suficientemente, el orden termina por ser una conducta deseada. 
Es un proceso que se repite siempre en los hábitos y fundamentos de nuestra vida y lo podríamos designar como autonomía funcional de los motivos. Es posible que la conducta adulta obedezca principalmente a motivos que han alcanzado plena autonomía frente a cualquier necesidad de orden fisiológico. He aquí un ejemplo: 
"Un ex marino siente pasión por el mar... Quizás la haya adquirido a consecuencia de su lucha por ganarse la vida y el mar haya sido sólo un estímulo condicionado relacionado con la satisfacción de sus necesidades nutricionales. Pero tal vez ahora el marino sea un acaudalado empresario y haya desaparecido el motivo original. Así todo, su fervor por el mar puede no haber sufrido mema y hasta haberse intensificado al alejarse de las necesidades primarias..."
No está resuelta la pregunta sobre cuáles son las motivaciones sociales o adquiridas que tienen una extensión universal. Si aceptamos que la especie humana es el resultado de un proceso evolutivo cabe plantear que, a pesar de la extensión de las costumbres a través de la difusión de la comunicación y de la tendencia a la homogeneización de las culturas, pueden existir diferencias notables en aspectos tales como la competitividad, el afán de lucro económico, las actitudes morales y otros aspectos influidos por el ambiente. 

lunes, 20 de junio de 2011

Emoción, motivación.. ¿ Que son? ¿ Que relación tienen?

Motivación; es la necesidad o deseo que mueve la conducta hacia una meta. 
La motivación está influida por numerosos factores, como el instinto básico, el aprendizaje, los imperativos fisiológicos, la necesidad de explorar y dominar el ambiente, la búsqueda de éxito, la personalidad de cada uno.. Se trata de un concepto complejísimo  que a todos nos gustaría desentrañar y poder así manejar las claves que conducen al éxito. 
¿ Qué nos mueve a alcanzar una meta? como ocurre con cualquier faceta humana, la motivación es difícil de definir y mucho más de manejar. El racionalismo tradicional considera que obramos porque tenemos un motivo para hacerlo y somos responsables de nuestros actos. El mecanicismo es la teoría opuesta: actuamos por factores físicos y químicos, y cuando comprendemos los entresijos bioquímicos del cerebro, podremos mejorar nuestro rendimiento. 
Por lo general, cada vez que procuramos entender o explicar un aspecto del mundo circundante, indicamos sus causas. Si observamos alguna actividad, tendemos a querer saber a qué se debe y con el tiempo aprendemos a aceptar explicaciones como las siguientes: " el viento mueve las nubes", " la gasolina suministra la energia necesaria para que un automóvil funcione" o " la pelota se mueve porque ha sido impulsada por un pie o una mano". 
La imparable curiosidad humana se hace más patente cuando tratamos de explicarnos las acciones personales. Surge a menudo en la conversación cotidiana la pregunta: "¿Qué le motivó a hacer eso?" "¿Cual fue la causa de que usted hiciera tal cosa o tal otra?". 


Un impulso para moverse


Las explicaciones de la conducta se han ajustado a esta pauta y el término motivación deriva del verbo latino movere, cuyo significado es "mover", o lo que es lo mismo: el modo de acción para conseguir algo. La motivación es, por tanto, una necesidad o un deseo que dinamiza la conducta, dirigiéndola hacia una meta. 


LAS CAUSAS DE LA CONDUCTA


Una joven hermosa sentada sola en una fiesta. Un chico recorre toda la multitud de gente con dos copas y se acerca a ella para hablarle. ¿ Por qué lo hace? Un grupo de niños espera en una larga fila para entrar en un cine donde se exhibe la última película de moda de la factoría Disney o del incombustible Superman. Los niños brincan, hablan a gritos y no paran un momento quietos. ¿Por qué se portan así? Una mañana luminosa de primavera, un estudiante de bachillerato se dirige al colegio. De pronto decide dar la vuelta y se encamina a una tienda, donde pasa parte de la mañana oyendo discos y analizando juegos en la computadora. 
¿Por qué decidió faltar a clase? En el periódico leemos la terrible noticia del asesinato de una mujer; su marido se ha confesado culpable por considerar que le era infiel. ¿ Por qué se "vengó" de una forma tan atroz?
Contestar a estas y otras preguntas supone mezclar muchos conceptos. Es probable que asociemos motivación con emoción. Así, un fuerte impulso sexual o afectivo motivó al joven; los niños estaban ansiosos por ver la película y sentían una fuerte emoción; el estudiante faltó a la escuela porque le gusta más ir de compras que estudiar; el motivo que tuvo el marido para matar a su esposa fue una reacción emocional marcada por los celos y la ira. Si bien semejantes explicaciones gozan del favor popular, sólo reflejan una parte de la realidad. Desde el "instinto básico" a la conducta abierta se recorren muchos caminos, marcados por los impulsos primarios ( lo ha dado en llamar instinto) y jalonados por muy diversos matices: el aprendizaje, los imperativos fisiológicos, la necesidad de explorar y dominar el ambiente, la búsqueda de éxito en los diversos comportamientos que marcan nuestra vida, la propia ansiedad como activadora pero también bloqueadora de la motivación y las diversas dimensiones de la personalidad de cada individuo que pueden marcar indefectiblemente la forma de motivarse de cada uno. 


CONCEPTOS DE MOTIVACIÓN


Cuando echamos una ojeada a las tendencias históricas que han intentado explicar la motivación, nos encontramos de entrada con el racionalismo tradicional y el mecanicismo. 
El primero considera que el ser humano obra porque tiene un motivo para hacerlo y por tanto es responsable de lo que hace. Así es como pensaba Platón, así es como actúa la ley ( con las excepciones de irresponsabilidad para casos concretos, por ejemplo, ciertos enfermos mentales) y así es como opina sobre la motivación mucha gente. Pero el "racionalismo" es difícilmente científico ya que no exhibe causas comprobables: el hombre sometido al fatalismo de un destino que no puede comprender ni modificar. Por ello se añade al sustantivo racionalismo el adjetivo "tradicional", para no confundirlo con una actitud racional y objetiva ante los acontecimientos vitales. 


La motivación tiene que ver con la emoción


Motivación y emoción están unidos ya que ambos responden a la pregunta ¿ por qué?
Las emociones estimulan una conducta concreta, al igual que con los motivos. La motivación es un estado interno que activa y dirige nuestra conducta, mientras que la emoción es una sensación positiva o negativa a la que sigue una activación fisiológica (ira, llanto.. ) y una conducta o actuación en consecuencia. 




Los motivos se acompañan con frecuencia de emociones: por ejemplo; la motivación sexual suele acompañarse de las emociones de amor, celos y pasión.. la motivación para tirarse en paracaídas acarrea excitación, placer por la sensación de riesgo.. 






Las emociones suelen tener un componente motivacional en sí mismas. Imaginemos que experimentamos la emoción del amor, eso nos motiva a hacer lo que sea para estar con la persona amada: acabar la carrera, encontrar un trabajo, madrugar.. Supongamos que sentimos un tremendo enfado en un comercio, eso nos lleva a redactar una reclamación, presentarla... 

lunes, 13 de junio de 2011

programar es progresar, premios y castigos.

En la vida cotidiana hay reglas bien definidas que rigen la existencia de cada uno de nosotros, que programan nuestros premios o castigos. Así, los padres suelen decirles a sus hijos que les darán apoyo económico o algún privilegio deseado ( por ejemplo, salir de noche), a condición de que cumplan con determinados quehaceres. 
Tambien hay ocasiones en que los padres aceden a dar los hijos regalos y recompensas si obtienen buenas notas o buen comportamiento, sin embargo esto lleva también a un condicionamiento aprendido, los niños se acostumbran digamos a si lo hago que " que daréis", mal... muy mal , se enseña a los niños a hacer las cosas por algo No por que hay que hacerlas y punto. Sin embargo el método más correcto es decir al niño esto tiene que hacerlo y si no lo haces tendrás x castigo, por que es tu obligación hacerlo. Es otra forma de educar más eficaz y enseñando a no que no sean interesados en la vida, que hagan las cosas por Si. 
De  hecho, el refuerzo constante es infrecuente. Tanto el pescador como el jugador de póker saben que no siempre pescan un lenguado u obtienen un póker de ases. Pero persisten porque sus esfuerzos se han visto reforzados ocasionalmente. Estamos sometidos a normas que podemos denominar programas de reforzamiento parcial o intermitente y que aseguran la persistencia de una conducta, mucho más que los reforzamientos constantes, que acaban por extinguir la respuesta por cansancio o rutina. Se trata de programas que promueven seguridad y variedad a la vez lo cual es sinónimo de comportamientos deseables. En los inicios del aprendizaje es preferible que se asimile con el refuerzo continuo, pero a la larga, el refuerzo parcial determina una mayor resistencia a la extensión.
¿Cuántos programas de reforzamiento intermitente hay? Los más conocidos son cuatro y están determinados por intervalos de tiempo o por coeficientes de "respuesta al reforzador". Los más conocidos son cuatro y están determinados por intervalos de tiempo o por coeficientes de " respuesta al reforzador". 
Los programas de intervalo fijo están regulados por un tiempo fijado de antemano, con una pausa igual después de cada refuerzo. Durante este período no se dispone de reforzadores, reforzándose la respuesta siguiente en el momento de concluir el intervalo fijo. Los ejemplos más claros son el sueldo o los regalos ofrecidos en un tiempo determinado por la tradición, como los cumpleaños. 
En los programas de intervalo variable, el lapso está marcado por un valor medio sometido en parte al azar, Se refuerza la primera respuesta después de intervalos variables. Uno de los ejemplos más frecuentes es el ceder ocasionalmente a las rabietas de los niños en pos de una tranquilidad que, a la larga, puede volverse contra nosotros. Los programas de intervalo variable tienden a producir una respuesta lenta pero regular. 
Los programas de intervalos variables. Uno de los ejemplos más frecuentes es el ceder ocasionalmente a las rabietas de los niños en pos de una tranquilidad que ,a la larga, puede volverse contra nosotros. Los programas de intervalo variable tienden a producir una respuesta lenta pero regular. 
Los programas de razón fija se basan en un refuerzo que aparece después de un número determinado y prefijado de respuestas. El ejemplo más conocido es el trabajo a destajo: por cada cincuenta unidades de producción se recibe una prima. El descanso mientras se cumple un programa de razón fija tiende inexorablemente a aplazar o reducir la recompensa. Quizás por ello es un programa no demasiado popular, sobre todo entre los empleados; si lo miramos desde el punto de vista de los patronos, puede considerarse un sistema eficaz porque suele producir tasas altas de respuesta, con pausas breves y momentáneas tras cada refuerzo. 
Los programas de razón variable brindan recompensa después de un número determinado pero imprevisible de respuestas. Son los más utilizados en el juego y responsables de un buen número de adicciones compulsivas, que determinan elevados índices de respuesta, porque los reforzadores aumentan a medida que se incrementa la respuesta. 


Por todo ello, para mantener un comportamiento aprendido normal o patológico, la pauta más eficaz es reforzar al principio de forma continuada, seguir con programas intermitentes fijos y terminar con premios variables y al azar .

miércoles, 8 de junio de 2011

Si hay que castigar mejor hacerlo bien

El castigo no es recomendable como método educativo, pero a veces puede ser útil. El castigo nos dice lo que no debemos hacer; el refuerzo lo que debemos hacer; el refuerzo lo que debemos hacer. Lo ideal es combinar ambos. En cualquier caso, el castigo nunca debe ser violento ni doloroso. 
1. Utilice castigos adecuados a la edad. 
A un niño de 10 años que ha incordiado a su hermana y le ha roto su juguete, se le puede prohibir ver la tele una tarde; a un niño de 3 años que no para de tirar la comida del plato, podemos sentarle en una silla durante un minuto. 
2. Hay que combinar el castigo con el refuerzo de la conducta adecuada; si el niño juega con su hermana pacíficamente, le alabaremos o le besaremos; y lo mismo haremos cuando el de 3 años esté comiendo correctamente. 
3. No prolongue el enfado una vez que la conducta inadecuada cese. Se castiga la conducta, no a la persona. 
4. No sea contradictorio: si ha castigado a un niño luego no se disculpe; y no pase por alto mañana lo que ayer le pareció reprobable. 
5. Una vez que haya decidido castigar, no se vuelva atrás por las protestas del niño ( así que piénselo antes de imponer un castigo desproporcionado). 

martes, 7 de junio de 2011

La información y los tipos de aprendizaje.

  • Aprendizaje visual. La personas en las que predomina este estilo de aprendizaje almacenan mejor la información que ven. Prefieren ver transparencias antes que seguir una explicación oral, asimilan mejor los vídeos que lo que escuchan. Les gusta tomar apuntes que después puedan leer. 
  • Aprendizaje auditivo. Las personas en las que predomina este estilo recuerdan mejor lo que escuchan que lo que leen. Tienen facilidad para los idiomas y la música. Les interesan las discusiones en público. Asimilan bien lo que escuchan en cintas o CD. Prefieren una explicación de un profesor que leerse a solas los apuntes o los libros. 
  • Aprendizaje Kinestésico. A estas personas les viene bien interactuar con el material educativo. Prefieren las actividades como el dibujo, la pintura, el deporte, los experimentos de laboratorio.. Los juegos de rol facilitan el aprendizaje. Recuerdan lo que hacen antes de lo que ven o escuchan. 
Cómo facilitar el aprendizaje 
Un primer paso para mejorar nuestro aprendizaje, y siempre en relación a la teoría de los estilos de aprendizaje, es tomar conciencia de que no utilizamos al máximo las oportunidades que se nos presentan, ni desarrollamos al máximo nuestras capacidades. A partir de aquí deberemos tener en cuenta cuáles son aquellas situaciones y actividades que potencian o dificultan nuestro aprendizaje cuando tenemos una clara preferencias por alguno de los cuatro estilos. 
De manera esquemática comentamos a continuación cuáles son las actividades en el caso concreto de cada estilo. 
Estilo activo. Las personas con una clara preferencia en estilo activo aprenderán mejor cuando puedan: intentar cosas nuevas y diferentes; vivir experiencias y situaciones interesantes; sentirse ante un reto con recursos inadecuados y situaciones adversas; descubrir nuevas oportunidades; generar ideas; cambiar y variar las cosas; aprender cosas que antes no sabían o no podían hacer; realizar actividades variadas y diversas; abordar quehaceres múltiples; competir en equipo e intervenir activamente; trabajar con personas de mentalidad semejante con las que pueda dialogar; dirigir debates y reuniones. 
Estilo reflexivo. Quienes posean una alta preferencia en este estilo aprenderán mejor cuando puedan; reflexionar sobre las actividades que realizan; intercambiar opiniones con otras personas con previo acuerdo; revisar lo aprendido o lo sucedido; investigar; llegar al fondo de la cuestión; pensar antes de actuar; asimilar antes de comentar; escuchar; distanciarse de los acontecimientos y observar; hacer análisis detallados; realizar informes cuidadosamente ponderados; ver con atención una película o vídeo sobre un tema; observar a los demás mientras trabajan; tener tiempo suficiente para leer o prepararse algo de antemano; tener la posibilidad de escuchar los puntos de vista de diferentes personas. 
Estilo teórico. Aquellas personas con clara preferencia por el estilo teórico aprenderán mejor cunado puedan: trabajar en situaciones estructuradas que tengan una finalidad clara; inscribir todos los datos de que disponen en un sistema, modelo, concepto o teoría; tener tiempo para explorar metódicamente las asociaciones y las relaciones entre ideas, acontecimientos y situaciones; tener la posibilidad de cuestionar; participar en sesiones de preguntas y respuestas; poner a prueba métodos que sean la base de algo; sentirse intelectualmente presionadas participar en situaciones complejas; llegar a entender acontecimientos complicados; recibir, captar ideas y conceptos interesantes, aunque no sean inmediatamente pertinentes; leer u oír  hablar sobre ideas y conceptos que insistan en la racionalidad o la lógica; leer u oír hablar sobre ideas y conceptos que insistan en la racionalidad o la lógica; leer u oír hablar sobre ideas y conceptos bien presentados y precisos; tener que analizar  situaciones; enseñar a personas exigentes; encontrar ideas y conceptos complejos capaces de ernriquecerles; esar con personas de igual o superior nivel conceptual. 
Estilo pragmático. Las personas con preferencia por el estilo pragmático aprenderán mejor cuando puedan: aprender técnicas para hacer las cosas con ventajas prácticas evidentes; imitar modelos; adquirir técnicas inmediatamente aplicables en su trabajo; tener posibilidad inmediata de aplicar lo aprendido; experimentar y practicar técnicas con el asesoramiento o la información de retorno de algún experto en el tema; elaborar planes de acción que puedan tener resultados evidentes; dar indicaciones y sugerir atajos; ver que hay un nexo evidente entre el tema tratado y un problema u oportunidad que se presenta para aplicarlo; ver la demostración de un tema por parte de alguien experto; oír o leer temas explicados a través de muchos ejemplos o anécdotas; ver películas o vídeos que muestren cómo se hacen las cosas; concentrarse en cuestiones prácticas; comprobar que la actividad de aprendizaje puede tener una validez inmediata; hacer simulaciones y vivir situaciones reales; recibir muchas indicaciones prácticas y técnicas; tratar con expertos en el tema. 

miércoles, 1 de junio de 2011

Preferencias a la hora de buscar pareja

Las mujeres son más bien pragmáticas y los hombres eróticos, el hombre tiene sus ideales de mujer con un físico dado, y las mujeres buscan seguridad, en los dos se da el hecho que cuando encuentren a su ideal intentaran involucrarse rápidamente.
Las mujeres buscan en la pareja seguridad y una estabilidad económica, el físico y los músculos no dan seguridad cuando la mujer piensa en mantener  una relación de pareja y tener unos hijos, si bien es cierto el dinero da estas dos cosas. Sin embargo el varón busca a la mujer por atributos fisionomicos y carnales sin importarle tanto esa seguridad y estabilidad económica.
Las mujeres mantienen relaciones sexuales no solo cuando están en celo y es una forma de mantener al varón lo más cerca posible, antiguamente la mujer necesitaba al hombre para alimentar a sus hijos y mantener la familia y el hombre luchar y trabajar fuera de casa para mantener a sus hijos. Hoy en día aunque la mujer trabaja fuera de casa y tiene su propio dinero sigue buscando un hombre que pueda darle seguridad y estabilidad familiar, mientras el hombre busca juventud, simetría y fortaleza que denoten buenos genes para sus descendientes. 
Para el hombre es fácil comprobar los senos, las caderas o el aspecto en una mujer pero para nosotras mujeres es más difícil averiguar ¿quien es más conveniente el fuerte musculoso o el millonario? pues la respuesta es evidente, la seguridad no la dan los músculos en este mundo actual, los músculos podían servir en la antigüedad para luchar contra los animales pero hoy en día es el dinero no estamos en la prehistoria. 
Lo cierto sin lugar a dudas es que en las relaciones existe otro tipo de componentes que no son amor, ni enamoramiento sino un compendio de cualidades y patrones genéticos y sobre todo clasificación entre personas que dan estabilidad, seguridad y confianza no todo es corazón y enamoramiento.