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sábado, 30 de abril de 2011

No te aguanto!!!!! eres un clavo en mi zapato que no puedo sacar



Separarse es una de las situaciones de estrés más importante a que deben enfrentarse algunas personas. Significa empezar de nuevo, pero con las limitaciones resultantes de la convivencia: los hijos, la costumbre de estar acompañado, la incomodidad del nuevo papel social, los cambios de situación económica.. Todo ellos varía si es uno quien desea separarse (se supone que en ese caso la separación comporta alguna ventaja, al menos es mejor que seguir casado), o si es el abandonado el que debe resignarse y a menudo sin comprender el porqué. 
La mayoría de las parejas llega a la separación tras un largo período de infelicidad, de repetidos intentos de solución. Pero está comprobado que el tiempo empeora las cosas y las parejas terminan odiándose cada día más, hasta llegar a un final desastroso. Así si se logra llegar a una decisión final de mutuo acuerdo y ambos desean lo mejor para el futuro, puede decirse que se trata de una separación satisfactoria, bien llevada y con respeto. Las separaciones violentas y traumáticas, con terceras personas son las más frecuentes hoy en día. 
Adaptarse a ser un separado es un proceso largo y difícil, al menos un año de adaptación. 
En la separación se pasa por distintas etapas emocionales;

  1. Etapa de agresividad contra el otro
  2. Etapa posterior en que se recuerda solo lo bueno
  3. Etapa de soledad
  4. Etapa de obsesión por volver a tener pareja.
A pesar de todo la mayoría de separados vuelven a vivir en pareja.