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jueves, 28 de julio de 2011

NIÑOS ACOSADORES Y NIÑOS ACOSADOS..

La conducta de los niños agresores o acosadores puede variar de acuerdo al tipo de acoso que realizan. Puede ser un comportamiento agresivo físico provocando peleas, que es más típico en varones, o un comportamiento agresivo emocional como aislar a la víctima de algunas actividades o circular rumores que le afecten emocionalmente. El acoso emocional se da más en niñas. En ambos casos se presenta frecuentemente el comportamiento agresivo verbal con insultos, sobrenombres ofensivos y burlas a la niña o niño acosado. Los casos graves serían el comportamiento agresivo sexual que van desde comentarios soeces, de gestos sugestivos vulgares y en ocasiones con contactos físicos rechazados por la víctima, también el comportamiento agresivo con base a la discriminación por género, raza, religión o condición social.

En el caso de los niños acosados su conducta nos puede decir lo que le está ocurriendo. Si el niño está solo y retraído, se encuentra tenso y pelea con sus padres cuando le preguntan qué le sucede. Llega a casa con la ropa o los útiles escolares rotos o intenta no ir al colegio dando diversas excusas, presenta trastornos del sueño, comienza a mojar la cama o pierde objetos valiosos, podemos estar en presencia de un niño víctima de acoso. Obvio, si presenta rastros de golpes y moretones.

Las consecuencias en los niños acosados pueden ser la depresión juvenil, la baja de la autoestima, estrés postraumático o ansiedad infantil. Además, en las niñas, la anorexia y la bulimia. En casos extremos el deseo de  dejar de ser acosados los puede convertir en niños agresores y posteriormente vincularse a las pandillas juveniles buscando protección. Igualmente, pueden caer en el consumo de drogas.

Los niños agresores pueden llegar a la sociopatía, trastorno de personalidad antisocial y la delincuencia.

En ambos casos, si descubre que su niño o niña sufren de ser niños acosadores o acosados se debe buscar ayuda profesional como psicólogos especialistas en adolescentes y hablar con los profesores de la escuela.

Lo primero que debe hacerse es hablar con el niño o niña y explicarles lo que está sucediendo. El sólo saber que esto le ocurre a casi la mitad de los niños en el mundo y que sus padres comprenden la situación y le ayudarán, le aliviará. Conocer algunas herramientas de cómo superarlo le resolverá en buena parte su problema. El eje padres, profesores, niño o niña, todos trabajando juntos es la clave.